sábado, 30 de marzo de 2019

Tauro libra una aproximación a las constelaciones


Cuando TAURO se acerca
Nunca ingresa al ruedo
Sabe allí de capas rojas y lanzones
Incluso de hombres a caballo
Asistiendo en la labor de su masacre
Al matador a pie
Con las las jirafas al fondo
Encendidas en llamas

Y Tauro
aborrece la sangre
incluso cuando menstrúa

Y Tauro
es tan caballo como cuarzo
siempre grata con el signo que la libra
de ser perenne incubadora de neuralgias
martillos crónicos de sien y médula
que a ella la ciegan
que a mí me enmudecen
premonitorio
como sufí en contemplación ante la horca

Cuando LIBRA se acerca
Siempre ingresa al hocico de la bestia
No sabe de colmillos o los frota a sus espaldas
Él mismo es un hombre a caballo
Asistiendo emocionado a la labor de su linaje
Cabalgante en su capricho de hijo único
Con los cadáveres al fondo
Extinguiéndose

Y Libra
adora la sangre
incluso cuando el cuerpo le es lanzado a la autopista

Y Libra
es tan caballo como cuarzo
siempre grato con el signo que lo empuja
a tragarse en tiempo récord sus más altas barricadas
sus dolores de sien y columna
que a mí me destrozan el cuerpo y el aliento de la vida
que a ella le dan ojos antiguos para echarme esa mirada
premonitoria
de adolescente griega.

"Aun cuando las constelaciones fuesen negadas a quienes correspondían por ser obra del Creador mismo (...), los sufíes bajo el árbol las cantaban, soplando así las esporas y las abejas y las buenas gotas de lluvia hacia jardines colgantes, acuáticos, e incluso hacia aquellos lejanos de la ciudad y la muralla donde hombres y mujeres andaban todavía en simbiosis carnívora de uñas y partos que representaban una tasa de mortalidad del 50% entre las parturientas no convertidas que habitaban fuera de la zona de protección del agua y  los combustibles fósiles". Fragmento de Breve guía hacia el oasis, por Carlos Cavero (1687 D.C.)

miércoles, 27 de marzo de 2019

El sauco


Aquí no estuvieron jamás
las venas abiertas ni bocas
en constante succión de manglares
ríos corales y deltas
todo lo arriba mencionado
aquí sigue
mírenlo:
"Nadie se ha llevado nada
a otro huerto y ante otro hortelano"
y para qué tal silbato y tambores
cuando los torsos invitan intactos
a la lanza y al oso y la presa
¿por que seguir la estampida
circular oblonga avanzadilla
si solo marca las huellas ya en surcos
de milenios repetidos hasta el sauco?

domingo, 24 de marzo de 2019

Horrores


Tengo miedo
De emocionarme
En este templo tan rígido
Su ángulo es casi noventa
Grados precisos
Cómo quisiera lograrme
Ahogarme
Con los antebrazos helados
Y garras en vez de dedos
Jamás volver a tener
Que forzar la sonrisa
Para así poder entregar
Algo verdadero
A los demás
Que les sirva de columna.

lunes, 11 de marzo de 2019

Normandías de semana


Sueño tras horas lúcidas de guerra
me balanceo de derecha a izquierda
en esta cama diagonal (siempre deshecha)
donde Normandías son rutina en la semana
no hay Día D que no sea lunes a domingo
(que se supone es el Sabbath de la familia)
pero hasta aquí llegan las ondas de socorro
sirenas que nos hieren los tímpanos
con monótonos anuncios de bombas
que preferimos ignorar mientras seguimos copulando
estrellándonos el uno contra el otro
porque quizá jamás estos supuestos explosivos
llegarán a reventarnos propiamente
los cuerpos.

domingo, 10 de marzo de 2019

Después de Thánatos


Nuevamente y en receso
una flota de calíopes vientre blanco
me arrojó uno de sus frescos eslabones en la cara

(Yo en el parir de la isla no conozco de cadenas
aunque sean hermosas yo en perenne falocracia
tú gastándote las muelas contra el Thánatos)

Así hundidos en parálisis de sueño
cada crisis abordábamos en cualquiera de mis costas
la barca de Virgilio (aunque tú eras un ave)

Me voy ahora con las plumas tus alas en brote
y la llave de tu cuarto en la mejilla
para ocultar las cerraduras que me impulsan
                      a buscar siempre una cadena.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Martes diecisiete


Un martes diecisiete yo recién aprendía
que tú obrabas solamente con base en calendarios
caras de la luna y constelaciones ralas

Nunca das la otra mejilla porque quieres ser parca
pero el quebrar de los hielos que soportan nuestros pasos
te estremece las rodillas y me abrazas

(Supe entonces que no eres tan águila)

Ese martes diecisiete me viste las vértebras
dolientes porque te tendí una balsa
al verte libre pero muerta aleteando sobre el agua

(Fue un día sin luna y todo jugaba en tu contra)

Y las aves de rapiña circundaban
y estos restos aún latían y jadeaban
cada vez que era tocados por las olas.

martes, 5 de marzo de 2019

Alertas de tsunami


      La hoz el nervio ciático y el útero
quién sino el arrastre hecho individuo
             para no solo aguantar coces
                          sino para añorarlas
      en susurro y beso a propia mano
                     a párpados mordiendo
                         como quien extraña
                    a algún amante muerto
                                     pero juntos

No fue sino el azar de los genomas
culpable de esta hiel hecha madera
para encajarnos sesos sin cuajar neuronas
larvas de Thánatos y Eros esqueleto
de algún osado experimento
la colisión de los hadrones
subterránea con alertas de tsunami
la gestación eufórica
de alguna victoriosa debacle

                                         Nos
                                         tocó
                                         así
                                         poseerla
                                         apretarla entre los dientes
                                         o acaso heredarla de la estirpe
                                         irrepetible y repetible en sus mareas
                                         ahora comprendo por qué el hombre
                                         jamás aprende de su historia.

lunes, 4 de marzo de 2019

Lo que sí trajeron los años


Los años no trajeron
la sapiencia y madurez que prometían
los abuelos o versículos clichés
    libros supuestamente sabios 
                                 fue falso
   fue un ídolo en papel cometa
                 una leyenda blanca
                con todas sus letras

El regalo de las décadas al darse
unas contra otras en su péndulo
                              gastándose
                               puliéndose
en cascada horizontal hacia la muerte
se tradujo en la desidia calma ausencia
de sorpresa e ira en ambos ojos
                             y en la boca
para tomarte con las alas extendidas
          y no querer jamás cerrártelas

En la casacada horizontal hacia la muerte
veo más de medio camino
agotado tras mis pasos
soy testigo de tu andar aún inconsciente
de las exequias
de nuestra mutua libido por el sueño profundo
y todo lo que quiero entonces
es:

- Echarnos de costado cara a cara
- cerrar mis ojos
- cerrar tus ojos
- verte abrir las alas también dormida
- si se cierran abrírtelas sin que despiertes
(para que nunca te des cuenta
de que hasta a las aves más libres
las alas a veces se les duermen)
- seguir abanicado por tu vuelo
- seguir durmiendo juntos.