lunes, 29 de octubre de 2018

Desniveles oceánicos


Tienes que ser abrupta en la sonaja el relicario
a veces sorprendes a bestias extrañas y propias
manifestando gula
hiperactividad a ciegas
diríase eres otra al apropiarte de una atmósfera
por demás hostil pero soportas
las veces de una llaga que circula y se hace honda
en manos y tobillos de costado enredadera
costillas que adivino pálidas al posar mi cabeza
destilas el espanto de las doce
de las cuatro
de las siete cuando van ennegreciendo los semáforos
silencio de estupor y de vaivenes
desnudas el hervor y así nadamos
somos hormigas únicas cayendo del andamio
Pacífico y Atlántico nos tienden
enérgicos sus manos.

Ruido blanco


Fuera de la cavilación hecha cortina
se enmaraña el ruido blanco del que huyo
decúbito dorsal muelas y yemas de los dedos
parecen reclamar mi nombre
pero no creo en sus maestros espejismos
pues yo viví en la nube
allá donde se acortan las distancias con la lepra
y frutas de carne tibia hacen las veces de mi almohada
un verdadero paladar de convites
diseñado para el solitario

Aturden con ensayos de labial y cien mil páginas
bajo los pliegues de una sábana se esconden
acaso es tal mi humanidad que aun en celda
victorioso en mi sumilla
los sudorosos individuos se me imantan
cabellos y olores mustios absolutos
extraños a mi celda y a mi fruta
diseñados para el gregario
fuera de la cavilación hecha vaso sanguíneo
intrusos que se rompen.

viernes, 26 de octubre de 2018

Delineando la fatiga


Cuando había que fingir cada martes dando giros
una boca en comisuras previa tarde
eras grande en la succión de las alarmas
labios pequeños y Calíope
desterrando manotazos
tras tu espalda encogías todo aquello fuera de órbita
convertías el rechazo en hiedras cóncavas
con los destellos en tus guantes blancos
me dejabas cavilando pentagramas
vidrio ladrillo a dos compases dibujaba
te revelabas así asidua
glándulas sudoríparas
encogidos sonámbulos y lucidos salivantes
yo pausaba en la glorieta
acelerando el ritmo en los ojales
fuera de tu vista entera
y fue así que reclamamos la escalera entre los tallos
aquel puente grisáceo con que hicimos nuestra góndola
nuestros pies conquistadores a cien pasos
y las manos desasidas
primero vino el madrugar luego las muelas del invierno
siguió la garúa de siluetas y el braille
una península exhalada a dos alientos
nos dio por mojarnos
a salvo de estaciones y altitudes con ríos tan delgados
que quizá solo ellos mantenían
nuestros talones
nuestros miedos
nuestros huesos.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Small Town America


Limpiando los cañones de escopeta
a plena luz del día
siento olor a irse de caza
caballos herrándose famélicos
and selflessly
                     con cada rostro cortando las viñetas
                     es un tipo de historieta con villanos
                     multiplicados en cuatro dimensiones
                     espiral reflejo de billetes añorando
                     la promesa palpable de una tierra

Allí con los bolsillos encerrándome las manos
doy un paso y otro paso más adentro y cae mi nombre
adopto entonces algún monosílabo
y así se me conoce en este duelo encapuchado
how vicariously
                     aquí tan lejos soy el viento que hace curvas en suburbios
                     postal con aire de pioneros veteranos
                     no soy yo
                     no eres tú
                     son todos ellos

No eres tú
no son ellos
somos nosotros todos
que nacimos y plantamos la bandera
so prophetically
                      sin cordón umbilical y con placenta
                      hiedra en la carne como hiena de escozores
                      a plena luz en nuestras ácidas trincheras
                      henos aquí ya muertos pero resurrectos
                      la caleidoscopía nos alquimia nos da alas.

Canción del anda


Vacío cajones y nada aparece
La química madre postiza te guarda

Dejando en el lado derecho del anda
Los ecos que sin rebotar agonizan
Desciendo de a pocos y aunque sigo insomne
Me lanzo a batalla con voz quebradiza

Vacío cajones y nada aparece
La química madre postiza te guarda

Voraz cuarentena que en adoraciones
Elevó a las nubes humanos de paja
Con lanzas y escudos en su aire de noble
Sus gemas son venas cubiertas de alhajas

Vacío cajones y nada aparece
La química madre postiza te guarda

No por auscultarte los propios latidos
Sabrás si tu pecho por dentro se raja
Quienes bajo el signo del rayo nacimos
Callamos crujidos que en otros estallan

Vacío cajones y nada aparece
La química madre postiza te guarda

Ni yeso ni mármol en sus ojos negros
Sudores tempranos de a pocos rebalsan
Las huesos callados y el páncreas soportan
Dolores humanos que agitan las armas

Vacío cajones y nada aparece
La química madre postiza te guarda.