Cuando estamos a punto de llegar

De todas las especies habidas

ahora prendió la nuestra

Alégrate que es grato
registrar desde estas huestes el hábitat
de los seres humanos
que hoy se me hacen hasta bellos
en sus raros encuentros
e intercambios

Una vez consumido su reino
vendrán por el que es nuestro
ignorando sin embargo
tan enlangostizados y hegemónicos
que ya los estamos
esperando

En batallas como éstas
nosotros jamás hemos perdido
pues en claustros y anestesias
las carencias nos han favorecido
y hoy andamos a tres pasos
de lograrlo.

Breve historia de Trasluz (Parte I)

Como todas y cada una

de las más poderosas ampollas

con oxitocinas y matanedonias

que recibí en mi vida

Trasluz ya se hallaba en mí

cuando reparé en su presencia

Pálida de carnes como negra en cabellos

las prendas coloridas rescataban

su desnudez incluso

del total blancoscuro

y fue en esos naranjas que recuerdo

su cuerpo celeste

El ansia le reventaba de toda glándula

haciendo brotar óleos de terrores

que a pesar de ser amargos

sabía yo remediables

olla a presión que calla y se deforma

para no aniquilarse

Trasluz conoció en mi abrazo transfusiones

que no solamente contuvieron su carga

pues a mí me enderezaron

el espinazo mismo al asumirla

ya no como paciente en mi bitácora

más bien compañera de armas.

Desierto

En el desierto enrejado de los rezos
que se quemaron en la puerta del horno
voy a plantar semillas
de lo que serán más tarde
árboles altos y fuertes en la arena

En el destierro expandirá su récord
un bosque de precoces gigantes
que el mar no tardará en sepultar
como un castillo con sus reyes
y su lirismo medieval.

Comernos la fruta

Vamos a mirar la manzana

como si estuviese podrida

Necropsia hipotética

que planteo con base en terrores

de aquellos que tú no mereces

ni conoces

Si un amanecer alguno

de los dos no despierta en la cama

habrá que aferrarse al ayuno

con uñas sucias y dientes de leche

tal como hacen los niños moribundos

cuando salen erguidos de sus comas

precursores enclenques

en cuyas cicatrices veo tu espalda

No llores que los simulacros

son placebo a mitad de la vida

aquí justo donde yo me encuentro

a veinte pasos de tu lágrima

Vamos a comernos la manzana

como fruto de una Eva aún desnuda.

Biósfera

Sobrecógeme
sin puntuales normandías
que esas a mí me corresponden

Tu vocación es la de biósfera
rotación tu movimiento
pongámoste todas las íes

Así tú quieta en armisticio
rostro en contornos de la piedra
comienzo a oír el desembarco.

Tenerlo

A una joven poeta

También a mí me queman las retinas

y no por eso aparto al ojo entero

tú que gozas de buen juicio

por tus horas de taller y de terapia

sabrás cuánto me cuesta obnubilarte

cuando te necesito obnubilada

sabrás que luego sin embargo

el forzar tus piezas juntas

me agota más aun que deshacerte

si en mí confiaste tu astrolabio

escucha cuando pido que conserves

este alcance sensorial que ahora te agobia:

no es una enfermedad ni es mal augurio

eres más bien afortunada de tenerlo

solía yo también entrar en pánico

y hoy no concibo quitármelo.

Savia

Mientras se apagan los filtros
tú saltas fuera del agua
alivio en quietud de párpados
incluso olvidaste tus senos
cómo hacerlos invisibles
en confinamiento equilátero

Fuerzas vaivenes campante 
quién sabe de dónde pequeña
segregas aquellos ímpetus
siempre tan poco auténticos
eso sí jamás engolados
pero nunca mitad creíbles

(Me llegaría
luego la hora
de descubrirlo)

Bajo la infotografiable
luz de algún poste en el parque
recibo en enjambre tu lengua
es tu sabor este instante
el de vidas arrebatadas
a cientos de árboles

(También fecundo yo con savia
los segundos que anhelo volver
inolvidables).

Puntuales destiempos

Qué tiempos se van considerando
entre el mero contacto y la catarsis

Unas de sal por otras de sirena
corales y palmeras tambaleando

Mientras el maremoto se sucede
a sí mismo la orilla se destiempla.

Cuando la noche anda lejos

Entrando al agua en un clavado estrella
la luz del día espanta a los anfibios
puedo ser libre abriendo mis aletas
cuánto final existe en los principios.

Juro verme

Jamás tuve que salir de la Tierra
para hacer y deshacer fuera de órbita
satélite agujeros de gusano
donde musas y antihéroes de escafandra
a mi antojar de pierna suelta
titiriteaban

Verne en su lienzo compartiendo muros
con el collage de Ripley abrazando a Newt
era mis buenos días tras la fruta
el pan la leche el auto inagotable
hasta que abril en el adiós colegio
yo reposaba

(Fue así cómo escribí de supernovas
incluso antes de cruzar la atmósfera)

De igual manera entretejí xantipas
cabalgando con bocas espumeantes
y ojos volteados microderramando
cuencas de occipital y parietales
de tanto martillar la cérvix
contra el rigor socrático

(Fue así qué describí los asfixiares
incluso antes de que broten los alveolos).

Fotosíntesis

Bruma y sobrecocción muelas y dientes
al vomitar arrullos se levantan
trincheras de blancos muslos
con parálisis de sueño en sus temblores
de comatoso pentagrama
no hay sonido en los orgasmos:
así quédate

Ésta es mi fotosíntesis
ésta es la única embriaguez que me permito
sagrado opiaceo que mi propio cuerpo alquimia
no cuesta nada obtenerlo
no tarda es inmediato es ahora mismo
no deja jamás secuelas
y nunca nunca comparto.

Cúbito dorsal

De cúbito dorsal
encaramándose
las articulaciones crujen
tradicionales rompehielos
y a fuerza de arrastrarnos
yo protejo tu eslabón
tú mis unísonos

Artefactos de oído medio
vaivenes coliformes en mis rutas de Virgilio
lombrices abren alas en orugas que se yerguen
porque cada obturación es un retrato
de puntillas en la góndola reímos
para no encallar pronto
es allí cuando de cúbito supino.

Mis pies no tocaban el suelo

 

Debía de tener yo
cinco años enteros y unos ojos
inmensos
atentos al rastreo del naufragio
impasible de alfombra en leche arena

Las crayolas por delante diseñando
qué nubes y qué amigos y qué juegos
en los que la urticaria abandonaba
sus espuelas
ante la ronda fiel de aguamarinas

El soplo de una tos elaboraba
resolanas como no tienes idea
¡ay si yo te contara!
mi casa de vaivén era un encaje
con azul en la sangre y en los dedos

Tenía cinco años un mes y doce días
cómo pude haberlo olvidado
siempre mi cabeza
cinco y veintitrés de la mañana
fue mi sabbath de libre albedrío

Perennicé en la habitación de juegos
que hasta hoy en mi memoria cruje
cántico en uñas negras
con hebras y hojarasca de implosiones:
así creció mi cuerpo

De microzozobrares al remanso
allá donde el alivio anda medallas
yo era muy pequeño
yo no alcanzaba el estante de poemarios
mis pies no tocaban el suelo.

Mar adolecerme

Adormilar vino de a luz naranja
culpas en vilo agallan entre boyas
crespando en golpes al pechar cetáceos
cuánto color seduce en las escaras

Así me agobian en mareos hondos
círculos magos que acallar no puedo:
años de desarreglos en anclajes
vibrando en sí en alerta de tsunamis 

Esta palabra acantilado el verbo
come de mí en la cuesta hacia el ahogo
sólo me agita cuando me sumerjo
y al recostarme a párpados abiertos

cada trazar de silabeo anfibio
busca arroparme en compasión derrota
analgésico de aletas que en mi pecho
humecta escamas para adolecerme.