lunes, 8 de mayo de 2023

Ruth

Siento la pena hundida entre mis manos mientras pienso
En nuestra antigua casa donde florecían
Aves azules
Una gran jardín rojo nos cuidaba las espaldas
Repleto de madreselvas orquídeas y girasoles
Pasaron así años de incertidumbre buena
La tensión la he saboreado como un plato delicioso
Y miro mis pies gastados de tanto labrar la tierra
Soy un soldado de vuelta en su patria de mármol
Cansado de pelear y con los brazos bien abiertos
Aprendí a amar una noche que navegaba
Por las calles luminosas de esta ciudad víctima
De las tormentas de arena
Así conocí a Ruth con sus collares de conchas marinas
Sus anillos de calaveras su cabello ensortijado
Y el amor nos desconoció a primera vista bajo un poste
Pues siendo los dos fantasmas entre el asfalto y las piedras
Gradualmente nos unimos en un abrazo violeta
Poco tiempo después compartíamos aquella casa
Del jardín rojo y atrapasueños en la puerta del cuarto
Éramos pura hiel para los ojos asombrados
De los citadinos que al mismo tiempo
Odian y aman su asfalto y sus piedras
Entre nosotros éramos fluidos y calores cada día
No pasaba una mañana sin comernos las bocas y los cuerpos
Éramos un ardor perpetuo en los vientres
Así sería por la mayor parte de los noventa
Hasta que un rayo partió tu pena
Hizo añicos lo único verdaderamente tuyo
Y te quedaste sin nada que ofrecerme
Yo te insistí en que nada tenías que darme
Pero te sentiste tan miserable
Que la vida comenzó a escapársete como arena entre los dedos
Dejaste de comerme la boca y el cuerpo
Comenzaste a decir no a la comida y la bebida
Y un buen día de septiembre entre tus manos apresaste
Un pájaro mensajero
Te desdibujaste ante mis ojos
Y nunca más volvería a verte.