La fruta se exhibe en las palmas abiertas
como todos sabemos que es debido
mostrando al ojo escéptico
cada vena e hilo blanco entre sus músculos
apéndices
las ganas de morder se hacen a un lado
para coger las fibras y las cáscaras
llevar a casa entonces un puñado
ahogando los deseos de expulsar
sudor y vómito
Ésta es mi fruta
mango que con cáscara y pecas deja el rastro
de su crema amarillenta sobre colchas y almohadones
fresa que vence el rojo sin dejar
de henchirse dulce a cada labio
con la lengua y paladares aferrados
a la sangría de la tierra
callamos y engullimos con los rostros salpicados
nuestra fruta.