Y luego tu espalda arquea el ciempiés del espinazo
una última estocada se incrusta en vasos y arterias
manos y dedos logrando el púrpura en carne blanca
con presión dactilar férrea en las caderas
eres mi pie de página
mi callado utensilio matadolores
En posición fetal te dejas caer entonces
porque es ponerte de rodillas recostada
y al entrar en vigencia nuestro acuerdo
repito siempre
solo eres carne
solo eres nervio
Tengo fijación por observarte
por capturar tu reacción paralizada
y el esfuerzo facial por contenerte
en ese grito de invadida Galatea
que aunque helénica e inmóvil de tórax
con sus piernas me conduce
Y aunque mi peso te hunda
con los talones me guías
que son en mis costillas tu eufemismo
de espuelas.