Adormilar vino de a luz naranja
culpas en vilo agallan entre boyas
crespando en golpes al pechar cetáceos
cuánto color seduce en las escaras
Así me agobian en mareos hondos
círculos magos que acallar no puedo:
años de desarreglos en anclajes
vibrando en sí en alerta de tsunamis
Esta palabra acantilado el verbo
come de mí en la cuesta hacia el ahogo
sólo me agita cuando me sumerjo
y al recostarme a párpados abiertos
cada trazar de silabeo anfibio
busca arroparme en compasión derrota
analgésico de aletas que en mi pecho
humecta escamas para adolecerme.