Una tarde en contemplación médica
con retazos de cámara ocular
trae consigo la inmovilidad precisa
para estudiarnos
tarea recién a medias realizable
y que al aparecer en escena
hace tanto tiempo nuestro atrás
fue imposible a todas luces
en pleno big bang del asombro
Auscultándonos, ceños adustos
conservando en ayunas los cuerpos
son carne, erupción y folículos
accidentes epidérmicos, texturas
los que hoy cobran denominación
me pregunto pronto y sé entonces
que el asombro sigue haciendo esta tarea
imposible a toda luz: solar, eléctrica, de estrella
la oscuridad tampoco lo ciega.