sábado, 5 de abril de 2025

Memoria de un abandono de verano


Echados bocarriba sobre el pasto
Prometimos repetir aquella suerte de ritual
Mirando el cielo gris con el ocasional pájaro

Los días eran duros en calor y en humedad
Jamás una ciudad me había sido tan hostil
Tú fuiste mi último consuelo esas mañanas
De domingos tristes y reflujo

A nadie había esperado bajo un poste ciego
Como a ti mirando los minutos correr
En el teléfono

Tu cuerpo de carne dura y olor a jabón de frutas
Se convirtió entonces en mi refugio

Durante mi estadía no dijimos nada
Que pudiese amarrarnos
Porque así sería más fácil decir adiós

Hoy volví a verte después de tanto tiempo
Aquí el cielo es celeste y no hay humedad que persiga
Nuestros cuerpos desnudos por las mañanas

Sin embargo
Algo había cambiado en ti
Hasta tu nombre era distinto
Tu voz tu luz en cada ojo y tus pies blancos

Lograste deshacerte de nuestra amada comunión
Sin memoria
Una transeúnte de mirada esquiva y pálida

Cuánto te debes avergonzar de mí

P..D.: No deja de dolerme al día de hoy esta ciudad que sin ti ya no encuentra pretextos para existir.