Dejamos de ser juntos canción de la memoria
Quisimos ambos entonces
Vivir aquí y ahora
Dejamos de extrañarnos
Y entre pinos nos atrevimos
A pasar la noche a la intemperie
Sin miedo a las bestias que acechan
Quisimos ambos entonces
Vivir aquí y ahora
Dejamos de extrañarnos
Y entre pinos nos atrevimos
A pasar la noche a la intemperie
Sin miedo a las bestias que acechan
Desprevenidos venados
Fuimos entonces sombra para las criaturas
Más inocentes
La punta de una piadosa cadena alimenticia
Las noches rotundas las pasamos enhebrando hilos
Bordando como dos apacibles ancianas
Descubrí contigo el mundo de la artesanía
En tus manos vibraba la fe del espíritu
Todo aquello con alma era plasmado
Sobre la tela incólume
Que no por ser rústica perdía su inocencia
Así pasamos siete días siete noches
Derramando colores sobre aquellos nuevos lienzos
La carne devoramos como lobos hambrientos
No hay cueva que pueda negarse
A recibir nuestro arte y nuestros cuerpos
Hoy es día de fiesta en el bosque
Lo sé porque las aves festejan con sus cantos
Y tú yaces feliz en cama dormitando
Verás que este camino por más primitivo
Y duro que parezca a ojos extraños
Será miel de la vida y leche para el alma
Así en plena tormenta tendrás cómo beberlas
Y ya no habrá tifones en tus ojos ni en tu boca
Solo corrientes de aire con el olor de las gardenias
En nuestro sendero amado hacia el río
Y ya no habrá dolores que paralicen tu espalda
Y ya no habrá temores en tus pechos
Pasaremos la noche mirando
Caer la lluvia leve como pájaros que juegan
Saldremos entonces a recibir las gotas
Cargadas con el rubor de la tarde
La dulce vergüenza de estar desnudos
Nos invadirá enteros y ya no habrá promesas
De amor de desamor o condolencias
Pues juntos hemos llegado tan lejos
Tan solo alimentando nuestros cuerpos
Carne a carne en naturaleza muerta.
Fuimos entonces sombra para las criaturas
Más inocentes
La punta de una piadosa cadena alimenticia
Las noches rotundas las pasamos enhebrando hilos
Bordando como dos apacibles ancianas
Descubrí contigo el mundo de la artesanía
En tus manos vibraba la fe del espíritu
Todo aquello con alma era plasmado
Sobre la tela incólume
Que no por ser rústica perdía su inocencia
Así pasamos siete días siete noches
Derramando colores sobre aquellos nuevos lienzos
La carne devoramos como lobos hambrientos
No hay cueva que pueda negarse
A recibir nuestro arte y nuestros cuerpos
Hoy es día de fiesta en el bosque
Lo sé porque las aves festejan con sus cantos
Y tú yaces feliz en cama dormitando
Verás que este camino por más primitivo
Y duro que parezca a ojos extraños
Será miel de la vida y leche para el alma
Así en plena tormenta tendrás cómo beberlas
Y ya no habrá tifones en tus ojos ni en tu boca
Solo corrientes de aire con el olor de las gardenias
En nuestro sendero amado hacia el río
Y ya no habrá dolores que paralicen tu espalda
Y ya no habrá temores en tus pechos
Pasaremos la noche mirando
Caer la lluvia leve como pájaros que juegan
Saldremos entonces a recibir las gotas
Cargadas con el rubor de la tarde
La dulce vergüenza de estar desnudos
Nos invadirá enteros y ya no habrá promesas
De amor de desamor o condolencias
Pues juntos hemos llegado tan lejos
Tan solo alimentando nuestros cuerpos
Carne a carne en naturaleza muerta.