A María Fernanda
la conocí muy tardey es que ella movía los minutos
como telas de araña
frescas
mientras nos estrujábamos
se balanceaban las fibras de la fruta
en el frasco de vidrio sellado que era su vientre
ella me mordía con su boca de araña
sumergía los colmillos
me bañaba en su antídoto
a paso de quien salta entre las piedras
como una niña en falda
y entre lagunas que salpican anestesias
yo era un anfibio
yo la amaba
con las branquias.