Hay algo que no sabes
sobre la cegueraella
pujando con su vientre de paloma
me fuerza a buscar hondo
aquí entre las costillas
hogares de saliva y uvas frescas
así como en la piedra
auscultan los vivos
el pulso los muertos
en su ansiedad por ojos que los miman
sin el latir de un pecho que los quema
Ser ciego es soñar poco
quedarse con los ojos bien abiertos
de cara a la montaña
y no abrazar jamás una mirada de reproche
ya sea la de un prójimo distante
en su glaucoma lúcido y disuelto
o la de un solo pez a medianoche
que salta sobre el agua sacudiendo
escamas del verano
para bucear de vuelta
tapándose los ojos
por pura inercia.