De pronto el almanaque se tritura
a viva luz rosada en este claustro
salimos agotados yo sin promesa alguna
tú guiándome sudosa hacia la playa de las piedras
con mochila repleta
no pudimos más y un taxi
nos acercaba al cíclope en madera
miramos aliviados que no éramos los únicos
pues cargando sus tablas sobre un hombro
uniformados en wetsuits descendían otros cuerpos
cuando no había ya de qué reírnos
hacíamos agua del silencio
luego entre las piedras
donde los exoesqueletos
de crustáceos esperaban por las plantas
de nuestros pies en llamas
recuerdo haber cargado tu peso entero
despeinados entre saltos y jadeos y cosquillas
hasta el puente entre las olas el extremo
donde con nylon y anzuelo jugábamos
a pescar nada
para volver jadeando sin dinero para el taxi
al cíclope en madera y el graffiti
los pasos en las tablas
sin memoria de crustáceos ni mochilas o jadeos
jamás tuviste nombre
jamás sucedió nada.