Te tengo solamente para embellecer mi soledad
Para callar el hambre mientras aguardo
Silencioso como una serpiente
A que dé la hora justa de atacar a orillas del río
Mi pecho se equivoca constantemente
Mi ceguera ante el amor ha logrado sumirme
En un paraíso de tuertos donde hago el papel de bestia de carga
Pero tú
Insistes en que abra los ojos a la vida
Me dices que el verano es bello como suaves orgasmos consecutivos
Mi temerosa acompañante
Hoy sí nos desquitaremos de las horas ya muertas
Haciendo saltar vida de los pájaros
Y ya no importarán los ángeles ni Dios mismo
Cuántas cosas hemos dejado de hacer
Por aquel viejo temor al Infierno.