domingo, 8 de noviembre de 2020

Nuevas memorias en la costa


I

Nunca supe qué día

será mañana

es muy largo y anclado el hoy de siempre

sus proyecciones apenas nos alcanzan

para juntar los dedos

así como los niños pequeños estiman

cuánto dura la euforia

y el reloj de arena

va llenándose de agua

gota salada y flujo

porque será mañana seguramente

un arrastre en alas y en aletas

sobre la carretera

escondido

así como los niños pequeños imaginan

el castigo tras aventurarse

donde jamás debieron.


II

Abriremos la puerta poco a poco

que no hay prisa donde ya ha sido vertida

la impaciencia

hasta templar el propio acero

de su espera bajo el brazo

de una palmera


Ya en la casa

a ventanas cerradas el humor de la costa

irá punzándonos las sienes

hasta traer de vuelta todo el imaginario

con sus encajes y azúcares

de siempre.