Me gusta que tu prosa
todo lo ignore
bella
así desnuda narradora de puntillas
con las agujas del horario tan romas
cabalgarnos
a pie de página
aquí donde no llegan por goteo las letras
ni las trompetas
ni sus anuncios ancestrales de sapiencia
ni las estrellas que prometan
el nacimiento
de otro mesías
Tu humor es el de niños con el hambre
propio de los friajes y el teflón de un recipiente
adonde jamás llega la comida
sino el horror de los portales en aceite
hacia las calles tibias
allá donde las piernas se nos tuercen:
terreno extraño para ambos
para el amor de dos insomnes jinetes
Mientras tanto
continúa
el encierro
y en los pliegues de tu carne
por siempre
se expande el semen
son pampas
de tulipanes
en los sembríos
la promesa
de otra crisis
al agotarse el intercambio de ansiedades
se vuelve
maniobra única
Y ya no escribes
y yo también he dejado los pinceles
Somos el aparato de una plaga
que devora que escupe y convulsiona
cubriendo el cielo
para ser noche
La prosa el aguijón los estertores
y este abanico en llamas con que tapas
mis genitales
no son más que merienda de hospitales
ahora que por fin nos aceptamos
como lisiados a la espera de otra venda
que nos recoja del patio
que nos apriete los gatillos al sentarnos como lastres
sobre una cama
Sigamos Amor Mío segregando ante las voces
y los estetoscopios
todo tipo de sudores
mientras oímos
"mi paz os dejo"
tragando la saliva
porque después de estos pasillos
tan blancos
de la epidemia
nos hará falta
un nuevo brote.