Ahora es definitivo
nos ahogamos en un patio de aguas
que se inyectan al abrazo
de unos cuantos reflectores
así
se agota el fluído trasparente
hasta salpicar el rubor azul y rosa
aquel con que el prójimo nos abre
los portales de su casa
su cabeza
porque este camuflaje de vigía lombardo
emulado con hastío de artesano
nos fue útil para armar el aliciente
el paliativo
y el antifaz del oso
anestésicos gratuitos
para que todas las tareas cotidianas
no sean tan vacuas
como tediosas
y nos dejen
de doler tanto.