Nada como un acuario vacío
este fondo de arenilla seca
barcos ridículos a escala
donde cada vez que muero
hacia mí buceas sin agua
armada hasta los dientes con arpones en las alas
has decidido hoy resucitarme
pones todo tu organismo a la obra
me asombras
conoces mejor que nunca antes
los desniveles de tu cuerpo
los vuelcas en mi cara
deseamos frotándonos las lámparas
me pides que sea tu biela
escupes cabello al besarme
con las piernas abiertas
nuestras respectivas
rémoras
de cráneo
han partido ante los ojos
de cualquier espectador si acaso existen
en este cuarto
los ángeles los genios
o los muertos
has venido nuevamente a golpearme con los puños
la cabeza buscando concusiones
porque viste mi sonrisa más alegre
y supiste cuándo no
que me estaba ahogando el pánico
en mi propia cama de agua
te pedí que no vinieses
corriste
nadie me ha visto como tú en estos descensos
cuando disfruto en soledad de pintar olas
y rechazo tu ayuda mi desnuda
samaritana
mientras levanto corales en casa
por los que luego
jamás podré asomar
la boca.