Juegas a deslizarte en la escalera
y a tamborileos invitas
como quien anda de luces pero a tientas
está en nuestro genoma
quieres que subamos con los cántaros
llenos de leche
Nutres conmigo esos ojos
hinchas los engranajes vasculares
que son regenerables por ser jóvenes
pero llevan en su corteza
la contundente promesa genética
de la ceguera
En el último peldaño titubeas
la voz se te destiempla tanto
que tus besos parlantes a media boca
me hacen doler los dientes
y llegamos a la puerta contraídos
y abrimos ésta batiendo los dedos
Una vez superados los peldaños
extrañas el calor de la baranda
ansiosa por madera
hasta que en posición fetal ya fulminados
nos amamanta el espíritu de cuerpo
de dos recién llegados.