INTRO
Habito en mis
tímpanos y en mis pestañas
que absortos en el
ruido blanco vegetan:
enredaderas
ausentes de bocas
que mis tiranías monárquicas
queman
Ni tacto ni gusto a otros cuerpos se acercan:
yo siembro en mi
carne las lenguas y dedos
que van a morderse
la cola en silencio
desencadenando
aluviones de guerra.
Así velo.