El
quedarse dormido llega
jugando entre dos ruedas
y al
espaciar callada te desiertas
aunque
húmeda en raiz
sin
arena
Aquellos
desiertos navego
en
comezón y calma de niños
sin
arenas tú y yo endulcorantes
en
habitación y cochera
con
húmeda raiz comprometida
en tu
vestido de mamá anhelante
yo en
ascensores y mesuarios
en la
puerta
Cada
labio levantas
acrofobia
que besa irrepetible
dolor
crónico que junta
horror
al vacío en euforias
adoro
aquellos pasos
que al acercarte pinzas
que al acercarte pinzas
adoro
que hayas aprendido
a
llorar de nuevo
¿La buena noticia?